¿Se puede votar por diputados en Costa Rica? Sí, pero...
Cada vez que se acercan las elecciones nacionales, muchas personas en Costa Rica cuestionan que no pueden elegir a los diputados que nos van a representar en la Asamblea Legislativa, sin embargo, ¿qué tan cierta es esta afirmación?
La respuesta puede parecer confusa, porque en nuestro país no se vota directamente por una persona diputada como sí se hace con la presidencia. Pero eso no significa que no tengamos influencia en quiénes ocupan las curules en la Asamblea Legislativa.
¿Cómo se eligen los diputados en Costa Rica?
En Costa Rica, los diputados y diputadas se eligen por provincia mediante listas cerradas que presentan los partidos políticos. Esto significa que, cuando vas a votar, no lo haces por una persona individualmente, sino que elegís una papeleta legislativa con el nombre de un partido político.
Ese partido ya ha inscrito una lista de candidaturas por provincia, y dependiendo del porcentaje de votos que reciba en cada provincia, el partido obtendrá una cantidad determinada de escaños (curules), y se asignarán según el orden en que las personas aparecen en esa lista. Por eso se dice que es un sistema de listas cerradas y bloqueadas.
Entonces, ¿tenemos voz en la elección?
¡Claro que sí! Aunque no marcamos directamente el nombre de una persona candidata a diputación, sí decidimos qué partidos obtienen representación. Y como cada partido ya tiene definidas las personas que pondrá en esos puestos, nuestro voto influye directamente en quiénes llegarán al Congreso.
Por eso es tan importante revisar las listas de candidaturas en cada provincia durante la campaña electoral que estarán disponibles en su momento en el sitio oficial del Tribunal Supremo de Elecciones y, generalmente, los partidos las publican en sus páginas o redes sociales.
Durante la campaña electoral podemos contactar a posibles candidatos de nuestro interés, hacerles consultas y valorar la posibilidad de darles nuestro voto para representarnos en la Asamblea Legislativa.
Informarse no cuesta tanto, pero puede marcar una gran diferencia.
¿Por qué importa tanto a quién elegimos como diputados y cuál es su relevancia con la seguridad ciudadana?
En una democracia saludable, el poder no puede concentrarse en una sola persona o institución. Aunque la figura del presidente es muy visible y mediática, es la Asamblea Legislativa la que aprueba o rechaza las leyes que rigen nuestra vida cotidiana.
Si un presidente tiene mayoría absoluta de diputados que le siguen ciegamente, existe el riesgo de que pueda impulsar reformas sin oposición, incluso si afectan derechos fundamentales o debilitan los controles institucionales.
En temas de seguridad, esto es especialmente delicado. Cambios mal planteados pueden generar más violencia, criminalizar la pobreza o debilitar garantías esenciales.
Muchas de las decisiones que impactan directamente la seguridad ciudadana, la justicia penal, la protección de derechos y la prevención del delito se toman ahí.
Por eso es vital que el Congreso esté compuesto por personas críticas, preparadas y con criterio propio, que puedan servir de contrapeso cuando sea necesario y colaborar cuando haya propuestas sensatas.
Ocupamos personas que tengan formación, experiencia y compromiso real en temas de seguridad, justicia y derechos humanos, que no lleguen a improvisar, sino que conozcan profundamente cómo funciona el sistema y puedan ofrecer soluciones viables.
La seguridad nacional no se construye con ocurrencias, sino con equilibrio, técnica y responsabilidad.
En un país donde la violencia y el crimen organizado están creciendo, no podemos darnos el lujo de dejar la seguridad en manos de personas sin preparación. Elegir bien no es solo un derecho: es una responsabilidad ciudadana.